Estreno mundial: “No sin mi patata” . Próximamente en su pantalla amiga.
El título bien les recordará a esa pelicula en la que una madre pasa penalidades por doquier para salir con su hija de Irán, país de procedencia del padre, al que fueron a pasar unas simples vacaciones que resultaron ser un cambio de residencia familiar por decisión unilateral del progenitor.
Salvando las distancias, no hay cambios de residencia ni dramones como el de la pobre Betty, pero el tíitulo viene que “ni pintao”.
El mes de abril, que a Odín gracias se ha terminado, viene con sobredosis de eventos y fiestas varias de cumpleaños en ésta, mi familia vikinga, que acaban produciendo cierto “empacho” entre los asistentes, siempre los mismos, quienes estoícamente nos esforzamos con ahínco por encontrar temas nuevos y relucientes de conversación cada semana para dar brillo y esplendor a la celebración de turno.
Cada una de las celebraciones tiene su protagonista,¡faltaría más!, pero todas, toditas, todas tienen una invitada de honor: “ Su Majestad La Patata”.
Una que en Gatolandia comía principalmente patatas fritas como acompañamiento a carnes/pescados y las patatas cocidas las asociaba principalmente a esos momentos de ataque viral o bacteriano desalmado, ha descurbierto el Mundo Patata en Vikingolandia.
No me malentiendan, sabía por supuesto- ¡qué una es muy instruida!-, que había patatas (simplemente patatas), patatas nuevas y las mejores, según decían, las patatas gallegas. Pero claro esa concepción tan simplista nada tiene que ver con el macro-concepto «Mundo Patata» que manejan por estas tierras de Thor.
Hay un tipo de patata para cada ocasión y una ocasión para cada tipo de patata. Así es y has de saberlo. Porque si no: ¡¡¡Ay amigo, pobre de tí, si eliges la patata equivocada!!! Entonces, amén de generar un conflicto incomprensible para nuestros vecinos viikingos, puedes echar a perder la comida que con tanto esmero se prepara durante horas….Para que me entiendan: es como si la patata, un simple e inocente tubérculo, se transformara convirtiéndose en la novia patata de Chuky y cambiara por completo el panorama del menú… o al menos eso dicen ellos.
Para muestra un botón:
Normalt er kartofler egentlig ikke noget jeg går så meget op i, men der irriteret mig helt vildt at få fat i den forkerte slags når jeg skal lave pommes frites. At en kartoffel er stor og ligner en bagekartoffel er ikke nok. Så jeg har fundet det nødvendigt at lave noget research om emnet. Det viste sig at der findes mange sorter, så jeg har skrevet det ned her så jeg kan huske det. Alle sorter blev ikke beskrevet lige entydige så der kan være enkelte fejl.
Normalmente no soy una entusiasta de la patata, pero me irrita mucho hacer patatas fritas con la patata equivocada. No es suficiente que la patata sea grande y parezca una patata de cocer. Por eso he considerado necesario hacer una pequeña investigación sobre este asunto. El resultado muestra que hay muchos distintos tipos de patatas, que escribo a continuación. No se han descrito todos los tipos del mismo modo, por eso puede haber algún fallo.
¿Ahora me creen? Una pobre vikinga con terrores nocturnos, porque le persigue el tubérculo equivocado disfrazado de “bagekartofler”. ¡Simplemente inhumano!
Nuestra aterrada amiga vikinga hace un exhaustivo repaso de los tipos, consistencias, y principales usos para cada una de ellas. ¡Para hacerle un monumento, vaya! Gracias a ella, he aprendido que hay algo que se llama “Spisekartofler”, literalmente “patatas para comer”. Aunque para ser sincera, ésto ya lo sabía después de leerlo, releerlo, y soprenderme en los albores de mi estancia vikinga. ¿Patatas para comer? ¿Es que existen otros tipos de patatas que no sean comestibles? ¿Quizá decorativas, como las calabazas que se emplean en Halloween?. Su definición es de lo más clarificadora: «son las patatas que normalmente se usan para hacer comida». ¡Ahí queda eso!
Añade dos grandes grupos más, «Bagekartofler» – “patatas para cocer/asar en horno”- e Industrikartofler-“patatas para industria”-….que curiosamente son etéreas, no tienen consistencia alguna o no se ha encontrado… ¡En total cincuenta tipos diferentes! Si hasta Hamlet tiene un familiar turbéculo y como en todo cuento de patatas que se precie tenemos una princesa: la “Princess Laratte”, aunque me temo que la pobre acompañará a las perdices, eso sí en modo puré que es lo apropiado para ella.
Ahora amigos, ¿me comprenden un poco mejor, nooooo??? !Digan que sí, digan que sí, digan que sí!
Ante semejante maremagnum patatil una se lía y no sabe si pelar a la cuñada y ponerla a remojo previamente a la cocción o sentarse a comer con la “Princess Laratte” y entablar animada charla para comprobar si ha encontrado a su príncipe… Me asalta una duda: ¿será tambíen un príncipe tubérculo o con ésto de la globalización será de otra especie?
Sabiendo que “ No sin mi patata” es un hit en cualquier evento vikingo que se precie, una desde su humilde experiencia les recomienda que antes investiguen, analicen y estudien el tipo de patata que utilizarán, no vaya a ser que el amigo vikingo de turno termine también con terrores nocturnos o lo que es peor, problemas de bipolaridad…..
Fuente: wwwkvalimad.dk