Eso es lo que le dice un papá-mamá vikingo a su cachorrito humano. No es un chiste, ni una adivinanza. Es una realidad.
Cadena de televisión de prestigio internacional (BBC) en su web el pasado fin de semana: “Para tener bebés saludables, que duerman la siesta en temperaturas bajo cero”
¡Vaya racha que llevo! A vueltas con el flash-back de nuevo…
Una que ejerce de mamá Gata a la par con devoción y hartazgo, esto último en “raras” ocasiones, no le hizo falta adentrarse en las entrañas de la noticia para conocer al detalle los pormenores de la misma. ¡La experiencia en un grado! Además de que la foto era bastante ilustrativa: pareja de infantes en modo “teletubbie”, al menos el visible, retratados sobre un mar de nieve y extrañamente con el bueno de Don Lorenzo, al fondo, de visita.
Ustedes se preguntarán:¡¡Eh!!»visible”, ¿acaso el otro era “invisible”?. Pues no, pero casi. Al pobre bebé tumbado en el cochecito apenas se le adivinaba, pero se le podía presuponer echando su sistecita diaria al fresco bajo un Everest de ropa.
Esta imagen es tan, tan, tan…. heladora que a una se le saltan las lágrimas sólo de recordarlo.
El prime contacto de Gata como mamá con tan “glacial» costumbre, llegó con la ronda de inspección a las guarderías previa a la elección. En la zona exterior de las guarderías, suele haber un área reservada, que bien parece un parking de cochecitos. En un principio, una que peca de ingenua, pensó, que era de los niños que acudían a la guarde, pero no, cuán equivocada estaba. La parte co-creadora vikinga, me había contado algo, pero había pasado como de puntillas por ello. Debió de pensar que ya había tenido suficientes emociones,entre las hormonas y los vikingos, en esa fase incipiente de integración.
Así que con unas ligeras, muy ligeras nociones sobre este área, una que es curiosa por naturaleza se enfrentó a la cruda realidad de semejante «aparcamiento» y sin necesidad de preguntar nada. En la primera visita la amable pedagoga que nos enseñó la institución, nos dijo alegremente y sin misericordia:
-» Bueno pues ésta es la zona donde duermen»
-¿Duermen? ¿Quién? -pregunté.
Ya sé, ya sé que la pregunta es absurda, que en la guardería los únicos que duermen, creo, son los niños, pero en estado de shock, ¿qué voy a preguntar?.
Sí amigos, los niños de 0-3 años en Vikingolandia (Dinamarca) duermen en la «p_ _ _ _ _ _ _ (piiiiiiiiiiiiiiiiii) calle». Aunque por lo que luego he podido comprobar este «virus sanador” está extendido a otros países escandinavos y algunos bálticos.
A las pobres criaturitas las parapetan con guantes y gorros, hasta hacerles prácticamente irreconocibles, los meten en un saco térmico y los cubren con edredón y a dormir, que al fresquito se duerme muy bien. Al menos esa es la teoría, que refuerzan con una frase que sin duda termina de convencer a las Gatamadres: «Durmiendo fuera refuerzan su sistema inmunitario». Rápidamente asaltó a mi mente un pensamiento: ¡Mira en eso estoy de acuerdo, si sobreviven al primer invierno, claro!
Pensándolo bien, debía tener yo un día “naif”, porque no contenta con la taza de chocolate, volví a por la segunda:
-¿Pero también tenéis habitaciones dentro para dormir, noooooooo?
– No, no. Todos duermen aquí afuera.
– ¿Pero y en invierno cuando hace frío, también?
– Sí, sí claro. Pero no te preocupes les ponemos mucha ropa y no pasan frío. Estos sacos que usamos toleran hasta -20 grados.
-¿PERDOOOON?
– Sí, son muy buenos, aíslan estupendamente. Pero cuando se alcanzan -10 grados en la mayoría de los casos, se opta por habilitar de forma “extraordinaria” una sala en el interior para que duerman, pues para «algunos» puede resultar «algo» frío.
Tras oír que mis Gatoking@s no iba a dormir en la calle a -15 grados en pleno invierno me quedé muuuuucho más tranquila, ¡dónde va a parar! Y desde luego convencida de que había que buscar otra guardería de inmediato, donde los métodos fueran ¿más……amables, humanos?
Me afané, se lo aseguro amigos, con esmero en buscarla, cual Indiana Jones en busca de “ El arca perdida” y no encontré NI UNA guardería donde los niños durmieran dentro. Así que haciendo de tripas corazón, tuve que empezar a asumir que mis Gatoking@s como cualquier hijo de vecino vikingo tendrían que dormir fuera y su Gatamadre, sufrirlo en silencio y en casa cada vez que por culpa de tan «sana y avanzada» costumbre, pillaran el consabido catarrito.
Nadie sabe de dónde viene, ni cuándo ni cómo surgió esta ¿costumbre?. Pero no hay ni un solo vikingo que se pare a pensar si es buena o mala. ¡Ay del pobre incauto que ose cuestionarla!. Así se ha hecho siempre y así se hace allá donde van.
A finales de los 90 una pareja de vikingos pasaba unos días en la Gran Manzana con su hija, por aquel entonces de 14 meses. Disfrutaban ellos de su hygge-momento-fashion tomando un café en el interior de un restaurante, mientras su hija dormía en el cochecito, ¡claro está!, en la calle. ¡Todo la mar de hyggelig!..Hasta que llegó la policía, se llevó a los padres arrestados y a la niña, de nombre premonitorio, Liv (vida) al hospital. Esta situación creó un revuelo enorme aquí en Vikingolandia, criticándose la falta de libertad de la sociedad yanqui…entre otras cosas.
En Gatolandia se suele decir “Allá dónde fueres, haz lo que vieres”, va a ser cuestión de globalizarlo…