La depresión post-vacacional es una realidad, o al menos eso dicen los expertos verano tras verano.
A decir verdad este año no me ha dado ni tiempo de pensarlo, ha sido llegar y de bruces con la realidad….¿para qué andarse con ensayos hipotéticos si ella está ahí esperándome preparadita y ansiosa por volver a poner mi estado de nirvana postvacacional como un ocho?
Pero este año no. He ganado. Continúo en estado nirvana. … y pensándolo bien a lo mejor tiene que ver con el lugar.
Les cuento.
En el mes de junio designaron la mejor ciudad del mundo para vivir. Fíjate tú por donde, resultó ser la capital del reino de Vikingolandia: Copenhague
Siempre me ha pasmado esa necedad, quiero decir necesidad humana de andar definiendo lo mejor de lo mejor. Parece que lo propio sólo tiene verdadero valor si es mejor que lo del vecino, que digo yo, lo mejor del mundo.
Para que una ciudad sea la más “vivible”, según parece debe tener: pocos malos, malísimos de esos que roban, y hacen peores atrocidades para así proporcionar cierto clima de seguridad; un sistema de educación de colegios y universidades de calidad que permita a las nuevas generaciones formarse y generar riqueza para el país en el futuro; una atención sanitaria estupenda y asumo, esto es de mi cosecha, además universal, un transporte fiable, un aeropuerto con destinos internacionales y un clima aceptable.
Después de leer los criterios que hacen de una ciudad la “nummer et” llego a dos conclusiones. La primera, los que han elegido København (nombre vikingo de Copenhague), no han vivido en su vida aquí. La segunda, tendrán que esperar hasta el final.
Vale que hay relativamente pocos malos, malísimos, y uno puede por lo general dejar por ejemplo, su compra en su ladcykel (bici con cesta de gran tamaño situada en la parte de delante o detrás para transportar por ejemplo a los niños) mientras compra la leche que se le ha olvidado en otro comercio, y encontrarse sus viandas donde las dejó al salir. Aunque toda norma tiene su excepción y aquí la están leyendo. Hasta tres veces me han robado en la capital del reino vikingo.
Vale que el sistema educativo presenta un nivel bajo de abandono, y que por lo general están en permanente formación, aunque hay que reconocer que se lo toman con calma, empiezan a aprender a leer con 7 años y la media de edad cuando finalizan sus estudios universitarios ronda los treinta o treintaytantos. ¡No hay prisa oiga!. Entre tanto muchos han tenido familia o se han ido a salvar el mundo durante un año o dos. ¡Vete tú a saber!
Vale que el transporte es fiable…salvo que al ordenador central que gestiona el funcionamiento del metro se le vaya el chip y entonces tenga al personal usuario moviéndose al ritmo de Ricky Martin, en versión estación de metro: (queridos amigos canten conmigo) “una estación pa´alante María, dos estaciones pa’ trás”, todo esto aderezado con descansos por tiempo indefinido en el backstage- túneles entre estaciones.- para recuperar el aliento. De los problemas en invierno con la nieve mejor ni mentarlo, ¿no?
Vale que el aeropuerto cuenta con destinos internacionales, preferentemente a países con sol. ¿Pero qué sería si no de estos pobres vikingos aquí aislados en una isla y sin la ansiada visita del astro rey? Por cierto si no conocen el aeropuerto de Kastrup, se llevarán una agradable sorpresa. ¡Super hyggeligt!
Vale que la atención sanitaria existe, doy fé. Lo de estupenda es cuestión de experiencias. Hay múltiples y variadas maneras de comunicarse con el médico, todas ellas muy tecnológicas, mail, teléfono, pero el vis a vis se resiste en ocasiones ….principalmente si se trata de un especialista. A Thor gracias no ha habido necesidad, pero así como cotilleo la que suscribe nunca ha visto un pediatra ni sabe si tienen la misma apariencia humana que en otros lares, pero según me cuentan existen….
Los que han considerado que la atención sanitaria es estupenda por estas tierras de Odín, seguro que no han padecido en sus carnes tremendo trancazo seguido de sinusitis galopante con 39 de fiebre intermitente día y noche acompañándote durante dos semanas. Y con este cuadro presentarte en intervalos de 5 días, la última de ellas ya con ojera en forma de cara y diseminando virus y bacterias a doquier, para recibir como tratamiento “Kamillethe” (la manzanilla de toda la vida). O no han tenido que suplicar casi rodilla en tierra un análisis de sangre, o tener que empollarse el “netdoktor.dk” antes de llamar a urgencias para saber si puedes llevar a tu gatoking@ que lleva vomitando 5 horas y ya no sabes si dejarlo a dormir en el congelador para que le baje la fiebre.
Aunque ya les digo que esto es cuestión de experiencias y de la referencia de partida…
Pero por lo que no paso es por “clima aceptable”. Eso sí que no.
¡Exijo aclaración inmediata! ¿Qué significa aceptable? ¿Aceptable para quién?
Temperaturas medias de 20-22 ° en “veroño” si hay suerte y -2 ° desde finales de otoño hasta bien entrado el “priminvierno”, aderezado con un agradable viento huracanado que te viene de todas direcciones y durante todo el año, junto con una temporada de lluvias y nieves de lo mejorcito de la zona. A ésto no lo calificaría yo de “aceptable”.
Definitivamente, y ésta es mi segunda conclusión, en el comité para la elección de «la ciudad número uno» había muchos esquimales, por qué si no ¿cómo se explica que entre las tres primeras ciudades se encuentren Copenhague y Helsinki?.
Nota :Susceptibilidades aparte, a Odín lo que es de Odín, y lo que corresponde es reconocer el mérito y felicitarnos a los que tenemos la suerte de vivir en la “nummer et” a pesar de los peros….